Tener una piscina en casa, condominio u hotel puede ser una maravilla… hasta que se vuelve una pesadilla por mantenimiento mal hecho o inexistente. Lo que empieza con un poco de agua turbia puede terminar en una piscina verde, con olores raros, equipos descompuestos y usuarios que no quieren ni meter un dedo.

Hoy te compartimos los errores más comunes que vemos seguido (sí, más seguido de lo que crees) y cómo evitarlos para que tu alberca esté siempre en su punto.

1. No revisar el pH y los niveles de químicos regularmente.

El error:

Muchos creen que con echarle un poco de cloro cada tanto, la piscina estará bien. Pero si el pH no está balanceado, el cloro no funciona correctamente y puedes tener agua que parece limpia pero que en realidad no está desinfectada. Hemos visto albercas de clientes que nos llaman pidiendo ayuda para recuperarlas, el agua esta muy turbia y al momento de hacer el análisis, si tiene suficiente cloro, pero el resto de parámetros se encuentran todos fuera de rango.

Cómo evitarlo:

Revisa los niveles de pH, cloro, alcalinidad y dureza al menos 2 o 3 veces por semana. Usa un kit confiable y ajusta los niveles de inmediato si están fuera de rango.

Tip pro: El pH ideal está entre 7.2 y 7.6. Más alto o más bajo puede causar irritación y afectar la efectividad de los químicos.

2. No limpiar los filtros (o nunca cambiar la arena del filtro).

El error:

El filtro es como el “riñón” de tu piscina. Si no lo limpias, se satura y el agua empieza a circular mal, se enturbia o hasta huele raro. Hemos visto filtros que no se limpian en meses… ¡y luego se preguntan por qué hay algas!. Tambien hemos sido testigo de muchos filtros que son mas pequeños de lo que la capacidad de la alberca requiere, lo cual significa que dichos filtros no tienen la eficiencia optima para filtrar el agua correctamente y por esto colapsan mucho mas rápido. lo cual se traduce en que debemos hacer retrolavado al filtro mas seguido.

Cómo evitarlo:

Lava el filtro de cartucho cada semana. Si tienes filtro de arena, haz retrolavado según lo indique el manómetro y cambia la arena cada 2-3 años.

3. Solo limpiar lo que se ve (y olvidar lo que no)

El error:

Limpiar solo hojas o bichos de la superficie no es suficiente. Muchos olvidan cepillar paredes, fondo, skimmers, y boquillas. Ahí es donde se empiezan a formar algas y biofilm.

Cómo evitarlo:

Programa una rutina de limpieza completa, incluyendo cepillado de paredes y fondo una vez por semana. Usa aspiradora manual o robot cuando sea necesario.

4. No revisar el nivel de agua

El error:

Un nivel muy bajo puede hacer que la bomba succione aire y se dañe. Uno muy alto puede hacer que los skimmers no funcionen correctamente.

Cómo evitarlo:

Mantén el nivel de agua a la mitad de los skimmers. Si se evapora mucho (en climas calurosos), revisa al menos cada 2-3 días y si es necesario debes rellenarla y ajustar nuevamente los parámetros químicos.

5. Dejar que las algas aparezcan para entonces “actuar”

El error:

Si esperas a que el agua se vea verde para aplicar productos, ya vas tarde. Tratar una alberca con algas cuesta más, toma más tiempo y puede manchar el acabado.

Cómo evitarlo:

Aplica alguicidas preventivos de forma semanal, aunque no veas algas. Una alberca bien balanceada y filtrada no debería tener algas visibles jamás.

6. No dar mantenimiento al equipo de bombeo

El error:

Una bomba con poca presión, que hace ruido o que gotea no es algo normal. Muchas veces se ignora el problema hasta que la bomba ya no tiene arreglo.

Cómo evitarlo:

Haz mantenimiento preventivo al motor y a los sellos mecánicos. Limpia los canastillos, revisa fugas y escucha ruidos raros. Si algo huele a quemado… ¡apágala y llámanos!

7. No llevar un registro del mantenimiento

El error:

No tener un registro puede llevarte a olvidar cuándo se hizo qué. Es como no saber cuándo le cambiaste el aceite a tu coche.

Cómo evitarlo:

Lleva un registro sencillo con fechas, químicos usados, nivel de pH/cloro, mantenimiento hecho y observaciones. Te va a ahorrar muchos dolores de cabeza.

Ejemplo real (y más común de lo que piensas):

Una vez atendimos una alberca en un condominio donde el agua estaba verde, la bomba sonaba raro y los vecinos se quejaban. ¿La causa? Nadie le había dado mantenimiento en más de 2 meses porque “la veían bien”. El filtro estaba tapado, el cloro no funcionaba y hubo que vaciarla. El costo fue el triple de lo que hubieran pagado por un mantenimiento mensual básico.

Conclusión

Mantener una piscina no tiene que ser complicado si sigues una rutina básica y constante. Los errores comunes son evitables y, si te apoyas de profesionales, te aseguras de tener una alberca lista para usarse en cualquier momento.

¿Tienes dudas sobre el estado de tu piscina o quieres una revisión general?

Contáctanos aquí, podemos ayudarte con un mantenimiento preventivo o correctivo adaptado a tus necesidades.


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